La no evolución del fútbol argentino
2020 fue un año bisagra, no solo por la pandemia y sus consecuencias negativas, sino también por los cambios de hábitos que conllevó la situación. Transformación digital acelerada, menos tiempo en la calle lo que devino en un aumento de consumo de las plataformas de video, de videojuegos y esto también aparejado por la imposibilidad de ir a presenciar deportes en vivo.
Algunas marcas y corporaciones lograron capitalizar todos estos cambios de hábitos y consumos, entendiendo que existen distintas formas de obtener ganancias y sobre todo distintas formas de publicitar saliendo de lo tradicional.
El deporte fue una de las industrias más afectadas y más se tuvo que readaptar, basta con decir que se tuvieron que posponer los Juegos Olímpicos, la Eurocopa y la Copa América y modificar o achicar calendarios de competición.
A pesar de esto, se las han rebuscado para paliar un poco las pérdidas económicas e incluso reinventarse para captar oportunidades en otras industrias como por ejemplo la del gaming.
El streaming y las plataformas OTT pasaron a ser un gran aliado para la transmisiones y ganar adeptos pensando en que el cable cada vez está perdiendo más clientes ante el avance del video on demand. La Premier League, para citar un caso, cerró un acuerdo con Twitch para transmitir de forma abierta una cierta cantidad de partidos.
Y otras ligas lo venían haciendo ya como por ejemplo la NBA con su plataforma League Pass.
La AFA no se quedó atrás con búsquedas de más ingresos y se sentó a negociar con Warner (dueña de TNT Sports) y Disney (dueña de Fox Sports) los contratos de 2020. Pero, quedaba pendiente negociar el contrato para los derechos en el exterior y negoció con Torneos, quien tercerizará la producción y hará la transmisión de los partidos a través de AFA Play, la OTT de la asociación.
Y acá doy espacio a mi opinión y uso la palabra involución de los contratos y negocios en el fútbol argentino. Un torneo que resulta poco atractivo porque no tiene dinamismo, en el que el 90% de los partidos se juegan por nada ya que no hay descensos ni clasificación a las copas y que, por lo menos, hasta mitad del 2021,seguirá así y encima que una vez que retome por la vía “normal” será un torneo de 26 o 30 equipos, haciendo que de los 13 ó 15 partidos que hay por fecha solo sean interesantes 5 ó 6, con mucha, muchísima suerte, por qué no se pensó en aperturar los partidos via streaming y combinarlo con un formato PPV de los partidos más interesantes.
A partir del contrato para el exterior con Torneos, quien quiera ver fútbol argentino desde otro país tendrá que suscribirse a AFA Play y mirar por esa vía los partidos. Cuál es el atractivo para que alguien lo haga si solo quiere seguir a un equipo y si ese equipo no juega por algo o en un horario razonable probablemente no le interese. Por qué no generar ganancias con una plataforma como Twitch o Footballers o Dazn y combinar streaming abierto y PPV o incluso como tiene la NBA League Pass de comprar un paquete solamente para partidos un equipo.
Mismo en Argentina, la negociación con Disney y Warner implica siempre un cableoperador por medio, cuando no se piensa en una posibilidad de streaming y ampliación de público y ganancias. Según datos de Ibope (solo está medido Fox Sports Premium), únicamente River y Boca lograron superar los 3 puntos de Rating durante 2020, mientras que partidos de Libertadores e incluso Champions League miden más. Es decir que este tipo de contrato televisivo a la larga no terminará siendo redituable ya que no invita a las marcas a sumarse si evalúan las mediciones, les termina siendo más conveniente sumarse a partidos internacionales.
A partir de este análisis es que parto de la base de que la transformación digital llegó a la AFA, pero no quizás de la forma más adecuada en comparación a cómo lo está haciendo la industria en otras partes del mundo.